jueves, 19 de marzo de 2009

¿Kazuo Ishiguro copió a Ricardo Güiraldes?


Hace rato que quiero conseguir el libro “ No me dejes ir “ o " Nunca me abandones"( “ Never let me go” ) de Kazuo Ishuguro, un hombre nacido en Japón en 1951, hijo de un padre científico que fue enviado a Inglaterra por trabajo, suponiendo que su tarea le llevaría un año y después, toda la familia de vuelta a Tokio. Pero no . Año tras año, los Ishiguro armaban la valija para regresar al Imperio del Sol Naciente …pero a Papá Ishiguro le renovaban el contrato . Así que el niño Kazuo llegó a ser una especie de argentino de los que soñamos con huir al hogar de nuestros abuelos , pero aasa el tiempo y nos vamos quedando etrenamente y nos conevritimos en esto : argentinos . Esto de quedarse en la Rubia Albión le permitió a Ishiguro ver la “ anglicidad” con cierta distancia de estar adentro y afuera al mismo tiempo, así como los argentinos nos miramos como desde afuera y nos criticamos y decimos de todo menos “ lindos” , porque ningún argentino es realmente de acá : los de la capital al menos, venimos de los barcos .
Ishiguro – autor de “The remains of the day” , traducido como “Lo que queda del dia “, pero que en verdad seria “ Los restos del día” , y llevado a la pantalla grande con un protagonico de Anthony Hopkins y Emma Thompson , esta vez hizo una novela tan profunda como triste y tan sutil como desgraciada .
No logro conseguir esta novela acá en la Argentina. Porque me dicen muchos libreros que la editorial Anagrama de España que la publicó, no manda mas que cinco ejemplares por año a estos sures . Pero lo que he leído del libro me parece tan cautivante que ya ni me molesto en conseguirlo, por temor a que sea menos que lo que imagino. En todos los comentarios en la web , en inglés y en castellano, dicen que se trata de un colegio en apariencia inocente , en la campiña inglesa, con chicos viviendo allí como “ Boarding school” , sistema tan común en las islas británicas como el Hogwarts de Harry Potter. Pero que hay algo oscuro en el fondo : los alumnos no tienen familia, y cada tanto salen unos chicos del colegio para no volver más. Tienen prohibiodo enamorarse y estñan oblifadsios a una vida sana . les cuento el dinal : los chicos son clones que están espando ser ejecutados para destinar sus órganos a listas de espera , como al colonia Open Door en el campo bonaerense donde en los años 80 perdió la vida la maestra Oriel por contar afuera que los internados se ejecviutaban para donación de órganos.
El libro es muy triste, pero imagino que una parábola /metáfora de la propia vida de cualquier humano : somos cuidados, obligados a tener una vida sana, para luego desaparecer de golpe , sin que nadie sepa muy bien por qué . En el medio de ese trance, nos privanos de enamorarnos, de arriesgarnos, de ser libres ...¿ para qué ? Si total , hemos de morir, como los huérfanos de la novela ...
Pero además de que me gustaría leer ese libro pese a mi temor de que me decepcione – aunque ya hay rumores de que será llevado a forma de film hollywoodense – me llamó al atención reiteradas referencias en la web acerca de su conmovedor final, a saber ( de acuerdo a un comentario del libro en la web en http://www.lenguaensecundaria.com/resenas/abandone.shtml) :
“ A estas alturas del relato, la emoción es ya incontenible. Ishiguro, perfectamente consciente de que el lector está absolutamente entregado a su relato, lo remata con una escena sublime que estremece por su belleza, por la elegancia y discreción con que transmite los sentimientos que embargan al personaje, y por su patético simbolismo: durante una de sus rutas en coche a lo largo del país, Kathy se detiene en un campo de cultivo, en las planicies de Norfolk, y contempla los desechos que se han acumulado ante una cerca de alambre de espino. El recuerdo de Tommy, muerto dos semanas antes, y la imagen de ese lugar desolado, adonde parecen haber ido a parar todos los objetos perdidos a lo largo de su vida, inundan de congoja el corazón de Kathy, que se imagina a su amante caminando hacia ella:
“La fantasía no pasó de ahí –no permití que fuera más lejos–, y aunque las lágrimas me caían por las mejillas, no estaba sollozando abiertamente ni había perdido el dominio de mí misma. Aguardé un poco, y volví al coche, y me alejé en él hacia dondequiera que estuviera dirigiendo” (p. 351).
Es difícil imaginar un final más desolador, pero al mismo tiempo más hermoso. Con él demuestra Ishiguro que la literatura no sirve para explicar el mundo, ni siquiera para ordenarlo, pero sí al menos para entender los sentimientos y las emociones, y para otorgar a unos y otros cierto sentido. Ishiguro no salva a Kathy porque es imposible hacerlo, y eso lo intuye cualquier lector por muy devoto que sea del final feliz. Sin embargo, en este desenlace no hay nada de decepcionante, y sí mucho de gozosa culminación. No es el triunfo de la vida, ni de la esperanza, pero sí de la literatura.”
Me quedé helada cuando leí ese parrafo, por su similaridad con el final de la prestigiosa novela “ Don Segundo Sombra” de Ricardo Güiraldes, de hace 90 años atrás:
. “La silueta reducida de mi padrino apareció en la lomada. Pensé que era muy pronto. Sin embargo, era él, lo sentía porque a pesar de la distancia no estaba lejos. Mi vista se ceñía enérgicamente sobre aquel pequeño movimiento en la pampa somnolienta. Ya iba a llegar a lo alto del camino y desaparecer. Se fue reduciendo como si lo cortaran de abajo en repetidos tajos. Sobre el punto negro del chambergo, mis ojos se aferraron con afán de hacer perdurar aquel rezago. Inútil, algo nublaba mi vista, tal vez el esfuerzo, y una luz llena de pequeñas vibraciones se extendió sobre la llanura. No sé que extraña sugestión me proponía la presencia ilimitada de un alma.
"Sombra", me repetí. Después pensé casi violentamente en mi padre adoptivo. ¿Rezar? ¿Dejar sencillamente fluir mi tristeza? No sé cuántas cosas se amontonaron en mi soledad. Pero eran cosas que un hombre jamás se confiesa. Centrando mi voluntad en la ejecución de los pequeños hechos, di vuelta a mi caballo y, lentamente, me fui para las casas. Me fui, como quien se desangra.”

¿ Ishiguro copìó a Güiraldes, o es simplemente que el alma humana, en algún momento de desolación , siempre opta por irse adonde sea que fuera, como quien se desangra?
Si me dan a elegir, Güiraldes lo dijo mil veces mejor que Ishiguro. Esas cosas que tocan el corazón estan condenadas a eternizarse .

3 comentarios:

danny dijo...

Qué bue post¡¡, siempre me encantó el final del Segundo Sombra, y pienso igual que vos, ese " como quien se desangra ", se eterniza en la mente, no me olvido del final, y eso que lo leí de muy chica. Ahora me dejaste con las ganas de leer a Ishiguro¡

Ana von Rebeur dijo...

Lastima que en Argentina no lo consigo. ¡ la Editorial Anagrama no manda libros para acá! Una terrible pena...

Edgard Ájax dijo...

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